La
atención a la diversidad es una cuestión que ha ido cobrando más y más
importancia en nuestra sociedad. Y es algo que está muy bien, porque no somos
androides, no tenemos un número de serie, bueno, el DNI echa un tufillo
parecido; lo que si no pasa es que salgamos todos de fábrica con las mismas características.
Por suerte, la naturaleza es sabia y sabe que debe de equivocarse al copiar el
modelo de ser humano para que éste sea perfecto, es decir, único e irrepetible.
Pero
esto presenta un gran problema: es muy difícil de contentar a todos, porque es
complejo satisfacer todas sus necesidades específicas. Cada persona es un
mundo. Cada cual tiene su propio potencial, mayor o menor, pero que es posible
desarrollar y es el deber de la educación hacer todo lo posible por que se haga
al máximo.
Como
se puede intuir en el resto de entradas, soy un ferviente defensor de la
educación pública, pero no del sistema actual en sí. Ese cierto desagrado que
muestro hacia estas escuelas innovadoras e interesantes, es más por su
condición no pública, habitualmente, que por los métodos que usan en sus clases. Por otra
parte, podría considerarse como positivo que exista un ámbito educativo más
predispuesto a probar nuevas ideas, ya que pueden servir de conejillos de
indias con los que probar su eficacia. Todo ello sería positivo si al final se
hiciera algo de caso en el sistema público.
Entre
las dos opciones a elegir, hablar del O Pelouro o las comunidades de
aprendizaje, me quedo con la segunda porque no entendí muy bien cuál era el
objetivo de éstas cuando vimos la entrevista a uno de sus máximos representas,
Ramón Flecha. Sin embargo, quiero remarcar unas palabras que si me llegaron.
Dijo, más o menos, que la educación no es el derecho de asistencia, sino el de
tener los tratamientos y situaciones que mejoran los resultados de los alumnos,
es decir, el derecho a lamejor educación posible que se pueda ofrecer. Además, el ejemplo que se nos ofreció
de su aplicación es en un colegio público llamado Las Cigüeñas y situado en
Rivas-Vaciamadrid.
Las
comunidades de aprendizaje son el estadio más avanzado de desarrollo de las
prácticas pedagógicas de éxito potenciadas dentro del proyecto de investigación
europeo, Includ-ed. El objetivo de este proyecto es lograr el éxito académico y
reducir el fracaso escolar, gracias a dos factores clave: las interacciones y
la participación de la comunidad.
En
este caso concreto llevan tres cursos aplicando los consejos del proyecto,
aunque no por parte de todos los profesores, ya que parece que no es
obligatorio, aunque la dirección se muestra muy favorable a ello. De quienes si
parecen tener completo y total apoyo es de las familias, de quienes se espera
una participación activa y respeto hacia la labor docente.
El
método de enseñanza se basa en la comunicación y no tanto en la simple retahíla
de conocimientos. Es un aprendizaje basado en el dialogo, por ejemplo, en vez
de mandar un trabajo sobre una lectura, se realiza una tertulia con la que
todos pueden aprender. La ayuda entre los propios alumnos es esencial en este modelo,
aquellos más aventajados ayudan a los que tienen más dificultades, aprendiendo
los unos con los otros. Lo que genera un ambiente cooperativo y no competitivo.
Estos
pequeños cambios podrían ser aplicados igualmente en la educación secundaria,
calibrados, claro, con la complejidad de los contenidos dados a este nivel.
Quiero destacar su valoración de la comunicación y la participación como ejes
centrales del aprendizaje, potenciar el dialogo y las habilidades sociales es vital. En este caso es muy sencillo responder a la pregunta "¿y esto para que me
sirve?", porque sirve para toda la vida.
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