lunes, 24 de septiembre de 2018

La educación en España. Vídeo "La educación prohibida"



En España estamos acostumbrados a oír hablar de nuestro sistema educativo cada dos por tres y nunca es por algo positivo: si el que habla es un estudiante, te dirá que son aburridas las clases y muchas de ellas inútiles; si el que habla es un profesor, que los alumnos son insufribles y no son valorados por su trabajo; si es un empresario, que el sistema actual no atiende a la demanda de empleo... Mucha gente a la que le digo cual quiero que sea mi futuro laboral se compadece de mí. ¿Tan malo es el sistema?

En mi opinión personal la característica que mejor define a nuestro sistema educativo es la de ser reacio a la renovación y reforma, a probar cosas nuevas y no tan nuevas que dan resultados en otros países. Además, siempre está patente ese sentimiento de que el verdadero objetivo de este sistema educativo es mantener entretenidos al máximo número posible de gente el mayor tiempo posible y no el crecimiento del individuo y la confección de un mejor ciudadano, sino de uno obediente, sin pretensiones intelectuales y sin capacidad ni intención de cuestionar la autoridad.

Este sistema parece estar diseñado para la simple obtención de aún, literalmente, papeles que indiquen lo que sabemos y las horas invertidas en ello. Unos papeles que certifican la idoneidad del individuo para una u otra labor, que cuanto más se avanza en el sistema educativo, más específica e inintercambiable se vuelve. Elegir un camino u otro durante los años de escolarización, marcará, en la mayoría de los casos, la vida posterior del individuo, encasillándolo en un área de conocimientos o profesional de la que raramente se podrá desligar.

La propuesta inicial en clase era el visionado del documental "La educación prohibida" estrenado el año 2012. Este documental argentino, pero con participación de múltiples profesores y educadores de diversos países hispanoparlantes, busca crear un debate en torno a la educación tradicional aún preponderante en la mayoría de países de habla hispana.

El documental da voz a estos profesionales que quieren que se produzca un cambio, podría decirse que casi revolucionario. Un cambio basado más en el alumno y sus necesidades específicas como individuo, más que en la enseñanza de unos contenidos rigurosos y despersonalizados a través de una metodología anclada en el pasado. Entre tema y tema, se da una pequeña explicación por parte de un narrador, el mismo durante todo el documental, sin embargo, el eje central es una historia ficticia en la que los alumnos de un instituto argentino se enfrentan a la directiva del centro para leer en público una carta-protesta. No hace falta decir que el instituto de esta historia y sus profesores no tienen nada que ver con las propuestas que hacen los profesionales que hablan durante el documental o las imágenes que muestran de diversos centros donde sí se aplican estas nuevas formas de docencia.
El documental cumple su función y abre un espacio para debatir entorno a la educación, sin embargo, se centra en una sola postura, la reforma del sistema actual, y no presenta una o varias voces discordantes y defensoras del mismo (quizás no existen). También tiene una duración quizás excesiva no tanto en minutos como por su variedad, debido a la multiplicidad de participantes y por el constante cambio entre la historia ficticia, la opinión de los educadores y las explicaciones del narrador.

En definitiva, el sistema actual necesita una reforma. ¿Cual? Ahí está la cuestión que deberíamos profesores (futuribles también) y alumnos decidir juntos, dejando fuera de la ecuación a los políticos, quienes en décadas nunca han sido capaces de ponerse de acuerdo y usan la educación como arma política.



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