sábado, 29 de septiembre de 2018

Nuevas formas de enseñar y aprender: El papel de las TIC

Las TIC por aquí, las TIC por allá. La presencia de las llamadas "Tecnologías de la información y la comunicación" es omnipresente en nuestra sociedad: los niños ya no nacen con un pan debajo del brazo, sino con un IPad o sucedáneos; ya no nos miramos tanto el ombligo, como la pantalla de nuestro "teléfono" móvil... 

Suele relacionarse a las TIC con la novedad, la innovación, sin embargo, en realidad estamos ya rodeados por las TIC, tanto que alguno podría decir que estamos controlados por ellas (SKYNET ¿eres tu?). Smartphones, ordenadores de toda clase, consolas, televisiones, casi cualquier aparato doméstico puede ser "smartificado" (no es moco de pavo el anuncio de Campofrio). Pero, por mí experiencia, falta aún por implantarlas no solo en las propias aulas, sino fuera de ellas en el conjunto del sistema educativo.

Durante mi paso por la Universidad, a lo largo de la carrera, las clases no fueron muy distintas a las que había ido teniendo los últimos años de instituto. La mayoría de las clases se centraron en solo dos opciones, PowerPoint o recital de apuntes. Sí, teníamos un proyector en cada clase y una pizarra digital acompañando a la tradicional. ¿Pero para qué? Eso ya no lo sé. Pocas veces los profesores llegaron a usar la pizarra digital para otra cosa que no fuera la proyección del PowerPoint. Pocos, casi ninguno escribiría en ella y menos para "interactuar" con el contenido del PowerPoint.

La verdad es que yo tampoco me esperaba que los profesores de la universidad fueran duchos en las "nuevas tecnologías", pero tampoco que fueran tan ineptos como para llegar al ratoncidio en directo. (Uno de los profesores tuvo problemas para manejar el ratón y un día lo dejo caer "ligeramente" a 4 metros de la mesa. Romperatones es y será su mote para mí).

Los beneficios de las TIC en la educación pueden ser amplios. Su principal atractivo es que permiten presentar los contenidos de clase de una forma más amena, clara y mucho más visual. Pero además permiten el uso de audio o vídeos. Un proyector con altavoces puede hacer el trabajo del viejo vídeo y el radiocasete que usaban, por ejemplo, en las clases de idiomas en la secundaria; el de los múltiples mapas que antes los profesores de ciencias sociales tenían que llevar de clase en clase. Las TIC no revolucionarán las materias, pero sí la forma de enseñarlas.

Pero a falta de un proyector o Tablets, buenos sean los móviles. Sí, los alumnos en clase con los móviles. Estos aparatitos que al final todo el mundo acaba teniendo, pueden ofrecer las mismas posibilidades que las Tablets: apps educativas ya creadas o de propia confección por la institución escolar; contenidos multimedia relacionados con la clase; grupos de WhatsApp con intención educativa o incluso, más profesional, uno de slack.

Las TIC están ya aquí, fuera y dentro de las aulas, pero la educación no hace uso de ellas y podría traer grandes beneficios. La cuestión ya no es tanto invertir en lo material, que es aún importante, como incentivar al profesorado y a los alumnos a hacer un buen uso de ellas. Incentivar a que los profesores usen el material que está presente en las clases o que lo hagan con más esmero (algún PowerPoint era igual o peor que el peor de los PowerPoint que hacíamos nosotros para presentar los trabajos). Pero que también se informen sobre webs, foros, canales de YouTube, incluso hilos de twitter que puedan resultar interesantes o curiosos para la materia que estén dando, para mostrárselos a sus alumnos y así enseñarles que las redes sociales no son Internet, sino una parte de él. 

Todo tiene algún contra. Las nuevas tecnologías son como yogures y no es que sean de los productos que más duran. Tienen su fecha de caducidad. El ritmo de los avances ha sido vertiginoso y cada vez parece que las nuevas generaciones de aparatos duran menos y menos. A la hora de realizar la inversión material hay que tener en cuenta este factor y apostar por los equipos que ofrezcan una vida de uso pleno mayor.

La tecnología avanza y rápido. Mientras su uso sea positivo para el desarrollo del ser humano, no veo ningún motivo para rechazar este avance. Los mayores problemas que están generando las TIC son por un mal uso, ya sea deliberado o por falta de información.

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