jueves, 18 de octubre de 2018

IES Donosti o Guernika o Pisuerga o llámalo X.


Ponerse de acuerdo es algo normalmente díficil. Ésta es una cuestión en la que el número de personas implicadas no tiene tanto que ver, como si su capacidad de adaptación y asertividad. Para que exista un desacuerdo solo hace faltan dos personas, aunque de la impresión que a mayor número sea más complicado, se puede dar la situación de que muchos simplemente pasen del tema o se dejen llevar. El desacuerdo, en principio, es importante, porque muestras tu implicación en algo, tu deseo de ser escuchado y atendido. El desacuerdo es, necesariamente, la primera etapa para conseguir un verdadero acuerdo que agrade a todas partes.

La actividad de la que hoy hablamos fue más grupal. Tuvimos que crear nuestro instituto y decidir que valores serían los primordiales, que concepto de educación teniamos en consideración. Para ello nos dividimos en cuatro grupos o consejos escolares y dentro de cada uno de ellos cada cual cumplía una función diferente. En mí caso fui profesor.

Llegamos a la definición de educación como: formación de personas autonomas con la finalidad de fomentar un pensamiento con valores críticos. Sí, nadie entendió eso de los valores críticos, pero la idea está clara. Creemos que la educación tiene que ayudar a que los individuos logren ser autónomos y elejan libremente el camino a seguir tanto en la educación como en la vida, gracias a la inculcación de una serie de valores criticos para el individuo, la sociedad, la vida en general. Estos son unos valores básicos, que no tienen que tener ninguna connotación más alla de lo que es deseable para todo individuo: igualdad, civismo, libertad, familia y juicio crítico. Valores necesarios para convivir en sociedad sin perder nuestra propia individualidad.

La dificultad vino de lo que, curiosamente, siempre parece más sencillo, nombrar las cosas. De ahí el primer parrafo. Tuvimos muchisimos más problemas en nombrar el instituto que en acordar los valores que lo definirían. Sin contar que después Xoan Gonzalez, con unos 4 o 5 institutos a su nombre, nos puso mal el nuestro (Debo de admitir que nosotros tambíen estuvimos tentados por dejarnos de dificultades y optar por el nombre de nuestro profesor). De esta forma nuestro instituto paso de Leónidas, a Pisuerga, a Guernika (más polémico) a Donosti.

Es difícil vivir en sociedad, es dificil ponerse de acuerdo, pero no podemos delegar nuestras decisiones a otros y dejarnos mangonear. Por ello es necesaria una educación que nos guie y acerque a un pensamiento crítico e independiente. Si no, el que calla otorga.

1 comentario:

  1. ¡Muy buenas, historiador! Quiero felicitarte por tu blog, porque sin duda es muy interesante; esta entrada en particular. Es muy importante la reflexión de trasfondo que haces sobre la importancia de llegar a un consenso, pero sin dejar que te impongan cosas en las que no crees. Por ello, me gustaría destacar el último párrafo: claro y conciso.

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