Esa es la cuestión que una vez nos trajo a colación mi
querida profesora de Griego y Latín, Mariajo. Como impreso o imprimido, influir e
influenciar quieren decir lo mismo. Algún día una de las dos ganará la batalla
y la otra quedará relegada al olvido, como los influencers.
Coach educativo, tutor, orientador, asesor parecen aludir a profesiones muy similares. Sin embargo, la existencia de una amplia gama de términos suele ser síntoma de una gran variedad de realidades o matices, en este caso de una misma labor, la de ayuda o apoyo a una persona en un punto u otro y de una forma u otra.
El coach educativo parece ser más un animador, como un entrenador deportivo, pero del aprendizaje, quien te motiva, te da claves para mejorar y te acompaña en un viaje de autoconocimiento.
El tutor se encarga del seguimiento y es el primer punto de apoyo de un alumno o un grupo. Tiene funciones un tanto de mediador y también de orientador.
El orientador ayuda a que el individuo halle su camino a seguir tanto a nivel educativo, como laboral, pero también personal.
El asesor me parece aquel profesional especializado
que te aconseja en una tarea puntual o una cuestión muy específica.
De todas ellas separaría a los influencer, porque realmente no dan apoyo a la gente, ni son profesionales como tal, aunque algunos sí tengan estudios relacionados con el mundo audiovisual, pero su labor no es un trabajo al uso como los anteriores. Son personas que han tenido la suerte o la habilidad de hacerse un hueco durante el boom de las redes sociales, ganando muchos followers, quienes están pendientes de todo lo que hacen, dicen, compran y visten. Básicamente son hombres anuncio dignificados.
A mí me parece más difícil ser influencer que coach, tutor, orientador o asesor, ya que, si no es a través de los múltiples cursos que hay para estas cuestiones, están las carreras universitarias encaminadas hacia la educación, que ofrecen la oportunidad de desempeñar las funciones de, por ejemplo, tutor u orientador en los centros escolares. Para ser influencer no hay carreras, aunque ya más de uno estará pensando en hacer alguna. Es algo que han logrado un número limitado de personas, son los famosos de las redes sociales, medio en el que suelen habitar estos seres. Suerte e ingenio a partes desiguales y puedes llegar a millones de personas, ser más determinante en su vida que tal o cual profesor. Seamos optimistas, ésto es solo una moda pasajera, volveremos a ser un modelo para nuestros alumnos.
Coach educativo, tutor, orientador, asesor parecen aludir a profesiones muy similares. Sin embargo, la existencia de una amplia gama de términos suele ser síntoma de una gran variedad de realidades o matices, en este caso de una misma labor, la de ayuda o apoyo a una persona en un punto u otro y de una forma u otra.
El coach educativo parece ser más un animador, como un entrenador deportivo, pero del aprendizaje, quien te motiva, te da claves para mejorar y te acompaña en un viaje de autoconocimiento.
El tutor se encarga del seguimiento y es el primer punto de apoyo de un alumno o un grupo. Tiene funciones un tanto de mediador y también de orientador.
El orientador ayuda a que el individuo halle su camino a seguir tanto a nivel educativo, como laboral, pero también personal.
De todas ellas separaría a los influencer, porque realmente no dan apoyo a la gente, ni son profesionales como tal, aunque algunos sí tengan estudios relacionados con el mundo audiovisual, pero su labor no es un trabajo al uso como los anteriores. Son personas que han tenido la suerte o la habilidad de hacerse un hueco durante el boom de las redes sociales, ganando muchos followers, quienes están pendientes de todo lo que hacen, dicen, compran y visten. Básicamente son hombres anuncio dignificados.
A mí me parece más difícil ser influencer que coach, tutor, orientador o asesor, ya que, si no es a través de los múltiples cursos que hay para estas cuestiones, están las carreras universitarias encaminadas hacia la educación, que ofrecen la oportunidad de desempeñar las funciones de, por ejemplo, tutor u orientador en los centros escolares. Para ser influencer no hay carreras, aunque ya más de uno estará pensando en hacer alguna. Es algo que han logrado un número limitado de personas, son los famosos de las redes sociales, medio en el que suelen habitar estos seres. Suerte e ingenio a partes desiguales y puedes llegar a millones de personas, ser más determinante en su vida que tal o cual profesor. Seamos optimistas, ésto es solo una moda pasajera, volveremos a ser un modelo para nuestros alumnos.
Me gusta tu optimismo sobre la moda pasajera de los influencers-followers, desearía tener la misma opinión. Lamentablemente, veo más probable que los nuevos jóvenes pasen de hacerme caso en clase para centrarse en el instagramer de turno a que podamos volver a ser un referente para ellos. No tendremos más remedio que incorporar esos modelos de vida para nuestras clases si queremos mantener su intención.
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