Hoy toca hablar de la "libre"
educación y, específicamente, sobre la educación en casa. Creó que con el
título ya muestro mi postura: no siempre es buena la educación en casa. Esta
entrada viene a propósito de la visualización del vídeo: Cuando la casa se
convierte en escuela.
Como primer problema que tiene esta modalidad de educación es que la educación como la entendemos hoy en día es algo que está completamente reglado, no puede ser de otra forma, ya que se entiende la educación como la forma de obtener un producto, dígase título de tal o cual que supuestamente te capacita para trabajar. ¿Cómo asegurarse de que todos los alumnos han recibido los mismos conocimientos, si todos y cada uno se educan a su rollo? Todos podemos estudiar chino para aprobar un examen y luego no saber ni papa.
El segundo problema es el de la igualdad de oportunidades. Y eso que ya existen cuestiones que rompen este supuesto principio de nuestras democracias (¡no me refiero a las academias ni nada!). El nivel socioeconómico de la familia que se muestra en el documental es alto, por mucho que lo quieran negar, no todos podemos hacer experimentos en nuestra casa, tocar nuestro piano o estudiar en nuestro MAC. La escuela democratiza el acceso a estos materiales.
Pero no todo es material, sino que hay que tener en cuenta el factor temporal. En un momento, la madre de los dos niños dice que el sistema escolar tiene una estructura decimonónica, bueno, sí, es verdad, como también que uno de los padres tenga tiempo para estar tan pendientes de la educación de sus hijos es cosa del pasado. En la actualidad, tanto uno como otro suele trabajar. ¿Vamos a dejar a los hijos solos con un MAC? o ¿Vamos a contratar a un profesor particular para cada niño? (oye, que bien nos vendría eso ¿no?)
Por último y más importante, es la cuestión social, de ahí el título de mi entrada, los niños burbujo-sociales. Este modelo de educación priva a los niños de experimentar este ambiente social, precuela del que se encontrarán en el futuro en sus respectivos trabajos. Quizás no les cree dificultades de socialización (mis habilidades sociales son mejorables y he ido siempre a clase), pero si les priva de experiencias gratas y no tanto que todo niño tiene derecho y casi el deber de tener.
Considero que los padres que optan por este modelo educativo son sobreprotectores o sobre exigentes o una combinación de ambas cosas. Protectores con sus hijos para que no tengan malas compañías, malos hábitos o los influya el estado; sobre exigentes no solo con sus propios hijos, sino con el propio sistema al que consideran imperfecto, con razón, pero en vez de intentar cambiarlo y lograr un cambio positivo para toda la sociedad, tienden al individualismo y al cada cual se apaña con sus posibilidades, que no capacidades, materiales y temporales.
Wow, increible el último párrafo de este post. Y es que en cierta medida es verdad, al final no dejan de vendernos como estupendísimo un modelo que, al fin y al cabo, ni está extendido ni recibe todo el Apoyo de lo público que debiera (si así fuese ya habría centros públicos de este tipo); me has hecho reflexionar.
ResponderEliminarPues sí, es verdad que sería genial que cada alumno tuviese que tener un profesor particular. ¡No más paro para los docentes! Pero claro, ¿hasta qué punto es esto bueno para los niños? Como bien dices, no les podemos privar del grupo de clase que se crea en el aula; pero tampoco de la experiencia de tener distintos profesores con métodos diferentes. En fin, como en el título de la entrada, no les podemos dejar en una burbuja.
ResponderEliminarEn mi opinión, las relaciones que se crean en las aulas no se pueden reproducir en ningún otro ámbito, los chicos aprenden a relacionarse, compartir, debatir y comprender a los compañeros. Apoyando lo que dices, creo que una educación en casa como la que pudimos ver en el reportaje muestra una sobreprotección de los padres y una inadecuada educación de los chicos a nivel social.
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