- ¿Qué quiere hoy para educar?
-Un buen Tutor.
-Tenemos unos tutores excelentes. Ahora mismo le traigo la carta de Tutores.
-Gracias. mmmm. No sé si tomar un Bartolo, un Emi, un Arthur, una Diana o una Carmen. ¿Cómo es una Carmen?
Nuestro plato llamado Carmen se caracteriza por su creatividad, solo hay que ver esos colores y ese maquillaje de payaso asesino; por su realismo, sabemos que lo más importante no son los condimentos específicos en su preparación, sino la base de masa pedagógica sobre la que se tienen que asentar el resto de ingredientes como unas cuantas gotas de empatía; tiene carisma, sino como podría enfrentarse al mundo con ese aspecto extraño y esos ojos que parece que siempre están observando el entorno; es un plato bastante contundente, nadie se quedará con hambre de su atención; es un plato armonioso, siempre ayuda a resolver los conflictos que se presenten en la mesa; Carmen, aunque sea un plato que motiva, especialmente, a los más jóvenes, está abierto a todos los públicos, no solo a los alumnos, sino también a profesores y otros adultos.
El precio te sorprenderá, este no es un plato para nada privativo, Carmen es muy accesible.
En fin, ¿indeciso aún?
Ayer tuvimos una clase de cocina, aunque algunos digan que fue de pintura, fue de cocina. Teníamos que pensar que ingredientes hacen al buen Tutor. Ese plato un tanto olvidado por los chefs de este gran restaurante llamado Educación, pero de sabor exquisito. Quizás Diana esté un poco más rancia, pero Carmen no te dejará indiferente. ¡De eso estoy seguro!
-Un buen Tutor.
-Tenemos unos tutores excelentes. Ahora mismo le traigo la carta de Tutores.
-Gracias. mmmm. No sé si tomar un Bartolo, un Emi, un Arthur, una Diana o una Carmen. ¿Cómo es una Carmen?
Nuestro plato llamado Carmen se caracteriza por su creatividad, solo hay que ver esos colores y ese maquillaje de payaso asesino; por su realismo, sabemos que lo más importante no son los condimentos específicos en su preparación, sino la base de masa pedagógica sobre la que se tienen que asentar el resto de ingredientes como unas cuantas gotas de empatía; tiene carisma, sino como podría enfrentarse al mundo con ese aspecto extraño y esos ojos que parece que siempre están observando el entorno; es un plato bastante contundente, nadie se quedará con hambre de su atención; es un plato armonioso, siempre ayuda a resolver los conflictos que se presenten en la mesa; Carmen, aunque sea un plato que motiva, especialmente, a los más jóvenes, está abierto a todos los públicos, no solo a los alumnos, sino también a profesores y otros adultos.
El precio te sorprenderá, este no es un plato para nada privativo, Carmen es muy accesible.
En fin, ¿indeciso aún?
Ayer tuvimos una clase de cocina, aunque algunos digan que fue de pintura, fue de cocina. Teníamos que pensar que ingredientes hacen al buen Tutor. Ese plato un tanto olvidado por los chefs de este gran restaurante llamado Educación, pero de sabor exquisito. Quizás Diana esté un poco más rancia, pero Carmen no te dejará indiferente. ¡De eso estoy seguro!
Me ha encantado esta entrada y en general todo tu blog. Las notas de humor y lenguaje cercano hacen que leerte sea muy ameno. Además, el lenguaje metafórico que utilizas viene mucho al cuento como en este caso, viendo al tutor, o a Carmen, como un plato del día en vez de como una figura docente. ¡Ojalá pudiéramos elegir el menú en el instituto!
ResponderEliminarMe ha entrado hambre leyendo esta entrada. En efecto, Carmen no me ha dejado indiferente. No obstante volveré a probar el resto antes de opinar cuál es el mejor. ¡Hay que estar abiertos a experimentar!
ResponderEliminarHaré un comentario también al respecto en mi blog, pero la verdad es que estoy un poco en contra de la idea del tutor "a la carta", me parece poco realista porque no todas las situaciones y contextos requieren las mismas habilidades por parte del profesor-tutor.
ResponderEliminarCon todo, muy buena entrada, ¡enhorabuena!